jueves, 27 de marzo de 2008

Prioridades

Tu afán por tenerlo todo hace que no puedas tener nada en absoluto. El deseo puede ser un poderoso motivador, y también puede ser una poderosa distracción.
Imagina comprar en tu supermercado favorito sin un carro de compras. Encuentras algo que deseas comprar, lo tomas y comienzas a llevarlo hasta las Cajas. En el camino, ves otra cosa que necesitas y la tomas también. Luego vez otra cosa, y otra, y otra más. Muy pronto tus brazos están tan llenos de cosas que todo se cae antes de que puedas llegar a las Cajas.
Particularmente me enfrento con este dilema cada vez que voy a una heladería, sufro eligiendo un sabor (o un número limitado de ellos) porque se que al hacerlo debo renunciar a todos los demás sabores.
Sin embargo para disfrutar un helado debes optar por un sabor, o dos o tres, dejando otros 20 de lado. Y para poder lograr algo de valor, uno debe tomar la difícil decisión de dejar de lograr otro conjunto de cosas.
Un logro requiere foco, y el foco requiere definir prioridades. Esto a menudo resulta doloroso. Aún así, es mucho mejor que la alternativa de una mediocridad desenfocada. Sé realista y serás verdaderamente efectivo.

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