Que los sueños no se hagan realidad instantáneamente es, sin dudas, una bendición. Porque si tus sueños se cumpliesen inmediatamente, no podrías sentir el placer de soñarlos.
La expectativa respecto de un logro constituye una parte importante de él. Tener algo por lo cual luchar le aporta a la vida una riqueza enorme.
Alcanzar los sueños es bueno y también es bueno aferrarse a ellos, nutrirlos, refinarlos y valorarlos antes de poder alcanzarlos. Haciéndolo, cuando un sueño se haya convertido en realidad, habrá alcanzado su verdadero sentido, real y profundo.
Trabajar en pos de una meta es lo que hace que esa meta valga la pena. El hecho de que un sueño no se haya materializado por completo es lo que lo hace tan atractivo y seductor.
Atrévete y sueña sueños grandes, hermosos, positivos e íntimamente significativos. Porque son ellos los que te harán perseverar y progresar.
Tus sueños no se harán realidad en un instante pero sí pueden, instantáneamente, comenzar a enfocarte, a encaminarte, a motivarte. Podrás disfrutar así de cada uno de tus pasos a medida que, sin prisa pero sin pausa, les vayas dando vida.
3 comentarios:
Hola Alberto,
Hoy he dado con tu blog y, sin duda, me parece muy interesante. Me ha gustado.
Son mensajes muy inspiradores. Es agradable leerlos :)
Un saludo,
Begoña
PD: Por cierto, es bonito el diseño del blog :)
Gracias Begoña. Me encanta que te guste. Espero que te sea de utilidad y que pueda aportar un granito de arena a tu inspiración, cada día.
Un saludo
:)
Saludos,
Bego
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