Si supieses exactamente lo que va a suceder hoy, y mañana, y el día siguiente y el otro, la vida se convertiría rápidamente en algo fastidioso y aburrido. Por suerte, hay algo nuevo y diferente cada día, momento a momento.
Sí, algunas de esas sorpresas impredecibles serán desagradables. Algunas presentarán enormes dificultades y desafíos. A veces podría llegar a ser tentador desear que las cosas fuesen siempre iguales. Sin embargo, una vida semejante brindaría, muy pocas, si es que alguna, posibilidades de sentir alegría y plenitud.
No pienses en cuán difícil es adaptarse a lo nuevo, a lo impredecible, a las cambiantes condiciones que de hecho forman parte de la vida. Piensa en cambio en cuán verdaderamente bendecido eres por tener la capacidad de adaptarte, de aprender, de crecer, y de experimentar la novedad y la singularidad de todos y cada uno de tus días.
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