De formas que claramente puedes ver, como de
maneras que jamás comprenderás, tus expectativas se hacen realidad.
Aquello que esperes más sincera y persistentemente, será justamente lo
que experimentarás.
Todo lo que está dentro de ti, está trabajando
constantemente en pos de alcanzar las expectativas que defines para ti
mismo y para tu entorno. Verás, y escucharás, y tocarás, y saborearás, y
aprenderás, y alcanzarás cualquier cosa que esperes.
Cuando quienes te rodean están absolutamente
desanimados, esperar lo peor se vuelve algo casi automático. Pero
sorprendentemente, esperar lo mejor sería igual de sencillo, con la
única condición de decidir hacerlo y además, resulta muchísimo más
beneficioso.
Encara cada día con la confiada expectativa de que
vas a conseguir ciertos y determinados objetivos. Al finalizar la
jornada habrás alcanzado la mayoría de esas expectativas.
Tener expectativas te apremia a encontrar la
manera. Esas expectativas recurren al enorme y riquísimo depósito de
recursos que hay en tu propia vida.
Espera lo mejor de ti mismo y de quienes te rodean.
Porque realmente tienes la capacidad de convertir esas expectativas en
realidad.
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