Puedes estar desesperado, o puedes estar efectivo. ¿Cómo preferirías estar?
Puedes ignorar tus responsabilidades e ir quedando
así más y más rezagado, hasta que no te quede otra opción que hacer
algo, desesperadamente. O puedes obligarte a ti mismo a un poquito más
cada día, aferrándote a cada oportunidad que tengas para avanzar, y
ponerte así firmemente al mando de tus propias circunstancias.
Aprovecha el tiempo tal como viene, para ser
productivo y creativo y efectivo. Cuanto más sabiamente uses tu tiempo
más control tendrás sobre todos los aspectos de tu vida.
Acostúmbrate a hacer lo mejor en lugar de tan solo
hacer lo que sea más fácil. En realidad, busca los desafíos complicados
y manéjate con ellos en tus propios términos, en lugar de esperar a
que sean ellos los que te busquen y lleguen a ti.
Si lo deseas, podrías poner un montón de excusas
para no hacer nada. Pero esas excusas no van a aportar nada valioso a
tu vida.
En cambio, muévete y haz lo que tengas que hacer,
luego toma la iniciativa y haz incluso un poco más. Vive la vida en el
más alto nivel que puedas, llevando tu camino cada vez más alto, cada
vez que puedas.
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