Enfadarte es una manera de evitar las cosas que realmente aportarían plenitud a tu vida. Lo mismo sucede con el resentimiento.
De hecho, lo mismo sucede con la envidia, la
desidia, el perfeccionismo, la apatía, la indulgencia excesiva y todo
un conjunto de montones de actitudes y comportamientos negativos. Todos
ellos te permiten evitar la plena consecución de tu verdadero propósito.
¿Por qué querrías evitar esa realización ? Porque quedarte justo allí donde te encuentras parece más cómodo.
Pero la comodidad está demasiado sobrevalorada. En
lo más profundo de tu ser, en realidad no es tan sólo comodidad lo que
deseas.
En lo más profundo de ti tienes un ardiente deseo
de manifestar la persona única y especial que verdaderamente eres. En
lo más profundo de ti, tu alma anhela elevarse hasta alturas que tú no
puedes siquiera imaginar.
Aquello que ahora parece cómodo, pronto se
convertirá en arrepentimiento, pero no tienes por qué permitir que eso
suceda. Deja de esconderte de tu propósito, acepta tus más grandes
potencialidades, y dale a la vida el más bello sentido que tú sabes que
puede llegar a tener
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