jueves, 28 de febrero de 2008

Cuando las cosas marchan mal

Al ser derrotado, no es momento de abandonar. Si te das por vencido, el aprendizaje adquirido con tanto sacrificio respecto de lo que no estuvo bien, tendría muy poca utilidad. Considera a tu derrota como un pago adelantado por tu triunfo final. Porque eso es exactamente lo que es.
Que hayas sido derrotado importa poco. Lo que realmente importa es cuán rápidamente estés nuevamente en camino. Revolcarte en la auto-compasión no te lleva a ninguna parte, y la verdad es que tampoco es demasiado entretenido. Encuentra algo mejor que hacer. Levántate y sigue adelante con lo que estabas. Ahora tienes más conocimientos. Tienes más sabiduría y experiencia. Cuentas con un entendimiento más profundo de lo que anduvo mal. A partir de ello no deberías tener problemas para darte cuenta cómo hacer para que las cosas ahora marchen bien.
Cada una de tus derrotas pueden acercarte a tu victoria, así que ¿por qué habrías de permitir que cualquiera de ellas te detuviese? Ya has pagado parte del precio. Ahora encárgate de cosechar la recompensa.

No hay comentarios: