jueves, 7 de agosto de 2008

Olvídate de ti

Una de las maneras más efectivas de expresar, disfrutar y poner de manifiesto lo mejor que hay en ti es, sorprendentemente, olvidándote de ti mismo. Quita tus preocupaciones de la escena de tus pensamientos, y podrás experimentar más plena y auténticamente lo que haya en ellos.
Los bailarines más gráciles y maravillosos no están pendientes de cómo se ven durante la función. En cambio, en ese momento se pierden a si mismos siendo de esa manera capaces de transformarse en danza. Los mejores maestros no se concentran en su propio conocimientos sino en el entendimiento de sus discípulos. Aquellos que se pierden a sí mismos en lo que fuere que estén haciendo, son quienes mejor lo hacen.
Piensa en alguna oportunidad en la que te hayas involucrado tanto en vivir lo que estabas experimentando, que pudiste olvidarte de ti mismo. Recuerda cuán plena y maravillosamente vivo te pudiste sentir entonces.
Piérdete a ti mismo por un momento y escucha de veras, canta de veras, lee de veras, juega de veras, ora de veras, ama de veras, habla de veras, celebra de veras, ocúpate de veras. Libérate de las inútiles limitaciones impuestas por las preocupaciones, el arrepentimiento, el enojo y la vergüenza. Cuanto más puedas vivir más allá de la palabrería de tu propio ego, más maravilloso será cada uno de tus momentos

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