martes, 15 de junio de 2010

Esfuerzo

Gran parte de lo difícil que resulta llevar a cabo cualquier esfuerzo reside en la propia resistencia a hacerse cargo de él. Abandona esa resistencia, y el esfuerzo dejará de ser tal.

Muchas de las cosas que consideras divertidas requieren de tanto esfuerzo, foco y compromiso como aquello que consideras un trabajo. Pero el hecho es que las cosas divertidas las llevas a cabo con ganas, con entusiasmo, de veras sin esfuerzo, mientras que el trabajo a menudo lo ves como una carga que preferirías evitar.

Imagina cuánto más efectivo serías si, en lugar de temer y de luchar contra ciertas tareas, simplemente las hubieses hecho. Y piensa cuánta preocupación, estrés y ansiedad habrías evitado optando por un enfoque semejante.

Todo lo que se requiere es transformar la manera de considerarlo. En lugar de ver cada esfuerzo como algo a lo que uno debe resistirse y que debe ser evitado, sólo salta con entusiasmo hacia él para experimentarlo, y hazlo.

Deja de pelear contra tu increíble capacidad, propia y singular, de hacer que las cosas pasen. Considera a tus esfuerzos como algo que no requiere esfuerzo alguno, y los sentirás muchísimo más pujantes y efectivos.

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