Sentirse cómodo puede resultar agradable y
placentero. Pero demasiada comodidad puede erosionar suave y firmemente
tu razón de ser y hasta tus más preciados sueños.
Estar demasiado aferrado al confort puede impedir
que te aventures a salir al mundo y concretar tus mayores
potencialidades. Con el objetivo de mantener tus niveles de confort, tú
podrías muy bien verte tentado a consentir resignar tus valores más
profundos.
Disfruta de la comodidad que has conseguido, pero
teniendo cuidado de no permitir que esa comodidad se convierta en una
cárcel. Así de agradable como la comodidad puede ser, es tanta la
riqueza de la vida que yace fuera de los límites de tu zona de confort.
Como con la mayoría de las cosas de la vida, la
comodidad es mejor cuando se la experimenta en forma moderada y
equilibrada. Si se trata de lo único que siempre experimentas, hasta la
comodidad pierde su atractivo.
Disfruta y siente sincero agradecimiento por las
comodidades en tu vida. Al mismo tiempo, equilibra esas comodidades con
desafíos reales y desafiantes.
Mantén un espacio de comodidad en tu vida, del
cual puedas emerger periódicamente para asumir riesgos y desafíos que
aportarán tanta riqueza a tu vida. Fuera de tu zona de confort, siempre
encontrarás nuevos sueños esperando ser vividos.
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