Uno de los tipos de conflicto más doloroso es
también uno de los más fáciles de evitar. Es el conflicto que tienes
contigo mismo.
Cuando tu ser interior entra en conflicto con quien
tú eres en el exterior, eso drena tu energía y daña tu credibilidad.
Sin embargo, puedes librarte de ese conflicto en tan sólo un instante.
Todo lo que tienes que hacer es ser completamente
honesto respecto de quién realmente eres. Deja de fingir, y te habrás
librado de una pesada carga.
Deja de fingir que eres alguien que en realidad no
eres. Porque incluso en el caso de que pudieses ser convincente, no
conseguirías nada que tenga real valor.
Ese verdadero valor reside en la auténtica persona
que tú eres. En tus sinceras pasiones, profundamente sentidas,
descubrirás los tesoros de la vida más plenos y encantadores.
No hay necesidad de vivir en conflicto contigo
mismo ni siquiera por un instante más. Permite que tu verdadero yo
brille, y concreta esos maravillosos dones que son exclusivamente
tuyos.
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